Mi aventura de ser docente comenzó siempre lo he dicho por accidente, ya que jamás en mi vida pensé que yo pudiera dedicarme a la docencia, ya que tomo el trabajo de maestro de manera temporal por que acababa de cambiarme de ciudad, ahora después de 13 años sigo siendo docente pero reconozco que ahora soy docente por convicción.
Después de leer “La aventura de ser docente” la cual me pareció muy interesante, puedo darme cuenta que tiene razón no en muchas cosas, sino en todo lo que dice, pues conforme iba leyendo venían a mi mente experiencias similares y anécdotas que creo todos tenemos.
Cuando inicié en esta labor maravillosa, sentí tantos temores al estar frente a un grupo de adolescentes, donde al igual en más de una ocasión me sentí cohibida, insegura y algunas veces hasta intimidada por ciertas actitudes del grupo, debido a mi inexperiencia, edad y desconocimiento de estrategias didácticas y pedagógicas que no poseía, deseando que concluyera la clase, salir del grupo y respirar tranquilamente, para pensar que postura debía asumir al siguiente día. Pienso que en realidad se aprende con el tiempo y corrigiendo errores, que la labor docente es tan noble que debemos definitivamente encontrar el sentido a lo que hacemos, para aportar a nuestros alumnos un conocimiento para la vida.
Aunque puedo decirles que a la fecha considero que no podemos estar seguros de que todo lo sabemos, pues siempre aprendemos algo nuevo y después de leer la aventura de ser maestro comprendí que me falta mucho por aprender para ser mejor cada día y desempeñar mis funciones cada vez con más satisfacción.
Las dificultades a las que nos enfrentamos realmente todos los maestros son como dice José M. Esteve nuestra identidad profesional, a la comunicación e interacción con nuestros alumnos y compañeros docentes, a la disciplina que difícilmente logramos establecer desde nuestros inicios y a la adaptación de los contenidos y nivel que tienen nuestros alumnos del nivel medio superior.
Pero finalmente en lo personal, a pesar de todos los errores que hubiera podido cometer y que me sirvieron para ser mejor, me siento orgullosa de ver a mis alumnos realizados personal y profesionalmente, porque se que fui parte de todos aquellos docentes que los guiamos para que lograran sus objetivos y llegaran a su meta.
Después de leer “La aventura de ser docente” la cual me pareció muy interesante, puedo darme cuenta que tiene razón no en muchas cosas, sino en todo lo que dice, pues conforme iba leyendo venían a mi mente experiencias similares y anécdotas que creo todos tenemos.
Cuando inicié en esta labor maravillosa, sentí tantos temores al estar frente a un grupo de adolescentes, donde al igual en más de una ocasión me sentí cohibida, insegura y algunas veces hasta intimidada por ciertas actitudes del grupo, debido a mi inexperiencia, edad y desconocimiento de estrategias didácticas y pedagógicas que no poseía, deseando que concluyera la clase, salir del grupo y respirar tranquilamente, para pensar que postura debía asumir al siguiente día. Pienso que en realidad se aprende con el tiempo y corrigiendo errores, que la labor docente es tan noble que debemos definitivamente encontrar el sentido a lo que hacemos, para aportar a nuestros alumnos un conocimiento para la vida.
Aunque puedo decirles que a la fecha considero que no podemos estar seguros de que todo lo sabemos, pues siempre aprendemos algo nuevo y después de leer la aventura de ser maestro comprendí que me falta mucho por aprender para ser mejor cada día y desempeñar mis funciones cada vez con más satisfacción.
Las dificultades a las que nos enfrentamos realmente todos los maestros son como dice José M. Esteve nuestra identidad profesional, a la comunicación e interacción con nuestros alumnos y compañeros docentes, a la disciplina que difícilmente logramos establecer desde nuestros inicios y a la adaptación de los contenidos y nivel que tienen nuestros alumnos del nivel medio superior.
Pero finalmente en lo personal, a pesar de todos los errores que hubiera podido cometer y que me sirvieron para ser mejor, me siento orgullosa de ver a mis alumnos realizados personal y profesionalmente, porque se que fui parte de todos aquellos docentes que los guiamos para que lograran sus objetivos y llegaran a su meta.